No se ve el cambio a simple vista.
Como la lava que se alista a irrumpir en el mundo,
la materia del devenir está bajo la superficie.

lunes, 20 de septiembre de 2010

¿EXISTIÓ JESÚS?

Si bien se puede afirmar que el cristianismo ha sido el movimiento religioso más influyente en la historia de la humanidad, es bastante sospechoso, o por lo menos llama bastante la atención, que sepamos tan poco sobre sus orígenes... fuera de lo que dice la Biblia. Es más, hoy día tenemos un volumen mayor sobre la vida de cualquier emperador romano o faraones egipcios que sobre Jesús o sobre los primeros 100 años de la iglesia. Para colmo de males resulta que la inmensa mayoría de los relatos que han sido aceptados como verdades históricas al respecto son meras leyendas, cuando no mentiras intencionadas mantenidas y propagadas por historiadores y escribas cristianos.

Puestos a buscar la figura histórica de Jesús la cosa se complica bastante... si uno lo hace al margen de la doctrina oficial de la iglesia. Hay tantas biografías pseudo históricas de Jesús como autores se han dedicado a tratar el tema: "El Jesús 'real' ha sido sucesivamente un mago (Smith), un rabino galileo (Chilton), un marginado judío (Meyer), un bastardo (Schaberg), un escriba (Thiering), un disidente de Qumrán (Allegro y otros), un gnóstico judío (Koester), un disidente (Vermes), un hombre felizmente casado y padre de varios hijos (Spong), un bandido (Horsley) y un fanático opositor al culto del templo de Jerusalén (Sanders)" - G.A.Wells, The historical evidence for Jesus, Búfalo, Prometheus Books, 1988-. Al final, lo que sí parece evidente es que todos estos historiadores tienen parte de la verdad, es decir, las pruebas históricas parecen evidenciar que el nombre genérico de "Jesús" es la unión de biografías de varios personajes, míticos y reales. Partes de biografías que fueron adaptadas en los primero días de la iglesia para cimentar la religión en sus orígenes.

Con esto no estoy poniendo en duda la figura alegórica, llamémoslo así, de Jesús o de los evangelios en su cualidad de abstracción de la razón y la piedad personificadas... lo que no quita que, como figura histórica, estás distorsiones de la verdad sobre Jesús han sido a todas luces premeditadas, conocidas y ocultadas. Y para ello sólo hay que mirar los evangelios tomados como fuente "histórica":

"Con la única excepción de Papías, que habla de una narración de Marcos y una colección de dichos de Jesús, ni un solo autor hasta la segunda mitad del siglo II (esto es, a partir del año 150) hace mención alguna de los Evangelios o sus reputados autores (...)" - Joseph Wheless, Forgery in Christianity, Health Research, 1990 -.

Teniendo esto en cuenta pues resulta que había suficientes cristianos como para llenar el Coliseo de Roma (según Melito, Obispo de Sardes, año 170, resulta que en el año 64 Nerón asesinó a miles de mártires cristianos en una persecución sin precedentes), pero no existen pruebas documentales de la ejecución de un solo cristiano hasta el año 180 - cosa nada creíble para quien conozca mínimamente la afición de los romanos por tomar nota pormenorizada de casi todo, ejecuciones incluidas. Por poner un ejemplo tenemos listas de nombres de gladiadores que actuaron en una fecha determinada en el Coliseum... pero no hay ni una sola prueba documental de esos "miles" de mártires-. Es sospechoso que cien años después de la muerte de Jesús nadie había oído hablar de evangelios o de evangelistas. Para ser suaves digamos que esto es, como poco, un elemento de contradicción. Así que los evangelios no pueden ser tomados como fuente histórica documental de la existencia de Jesús de ninguna de las maneras.

Si nos vamos a buscar fuentes históricas supuestamente posteriores a los evangelios; que históricamente, como he dicho antes, no lo son; pues nos encontramos con cosas como las dichas por el Obispo Eusebio en su Historia Eclesiástica:

"Merced a su poder para obrar milagros, la divinidad de nuestro Señor y Salvador Jesucristo se convirtió en cada país en motivo de discusión acalorada y atrajo a gran número de gentes extranjeras de tierras muy lejanas de Judea (...)"

Pero resulta que en los registros históricos no existe ni la más mínima prueba documental de tal agitación de movimiento demográfico, que si existen en relación a acontecimientos de supuesta menos enjundia.

El caso de este cristiano, el Obispo Eusebio, es paradigmático porque llega a hacer referencia a unos fragmentos en los que Flavio Josefo hablaba de la figura de Jesús, fragmentos que ni existieron, ni han existido, ni existirán. Por no hablar de la referencia tergiversada a Plinio el Joven sobre una cita que no habla de los cristianos, sino de los esenios. Lo del pasaje atribuido al historiador Tácito, pasaje que nadie conoce hasta 1500 años después de haber sido escrito... mejor ni comentarlo. Tiene mérito falsificatorio la pretensión de hacer la historia de Jesús ben Pandira atribuible al Cristo cristiano - hay que tener en cuenta que la historia habla de la lapidación de un vulgar charlatán de feria-. Pero vamos, que visto lo visto y leído lo leído, parece que todo vale con tal de hacer creer al respetable que la figura histórica de Jesús, como tal, existió.

Ya si nos vamos a mirar las pruebas materiales la cosa es más risible si cabe. La arqueología no ha podido encontrar ni una sola prueba al respecto: Monumentos, monedas, medallas, inscripciones, vasijas, estatuas, frescos, mosaicos... nada de nada.

Podría seguir con lo que decía al principio de las distintas biografías de Jesús, pero esto se alargaría un poco.

Pues eso...


Santi Benítez

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